Pelicula Cristiana Evangelica, El Juego Perfecto – En 1957 pasó lo inesperado, México derrotó a Estados Unidos en el juego inventado por ellos mismos: el béisbol. Unos pequeños niños de Monterrey que llegaron a Estados Unidos en una época cuando el racismo predominaba en la frontera, y los equipos de Estados Unidos se creían merecedores de triunfar en la Liga Mundial Infantil. Ángel Macías, al frente de un equipo de nueve jóvenes estrellas lanzó un juego perfecto, único en su clase y jamás repetido hasta le fecha. Esto convirtió a los 9 pequeños, tanto en México como en EEUU, en héroes reconocidos por sus amigos, su gente e incluso los mandatarios de ambos países; se ganaron el cariño y respeto de grandes estrellas profesionales de baseball de aquella época y se quedaron en la memoria y el corazón de miles de personas.
“Su mayor logro no fue ganar, fue mostrarle al mundo que cualquier cosa es posible cuando sigues tus sueños” dice el eslogan de la película, que se reafirma con la historia que nos presenta, un canto a la esperanza y a la solidaridad en momentos difíciles.
El Padre Esteban (Cheech Marin ) tiene una gran fe en Dios y la ha sabido transmitir a los chicos marginados a los que atiende con dedicación. Algunos de ellos son hijos de obreros de la Compañía Fundidora y el Padre Esteban tratará de inculcarles virtudes y disciplina por medio del deporte. Pensando en ello impulsa la creación del equipo “Los Industriales de Monterrey”. El pequeño Ángel Macías (Jake T. Austin) encuentra a César Faz (Clifton Collins Jr) y le pide que los prepare para jugar contra los EU. Faltando solo una pocas semanas para el torneo, Faz acepta el reto y pone lo mejor de sí para hacer de los pequeños un verdadero equipo. Desde su triunfo en McAllen, Frankie (Emilie de Ravin) una periodista que les sigue la pista, destaca en sus artículos la gran hazaña que significa vencer a equipos con chicos de mayor estatura y experiencia y califican para el encuentro final como una batalla entre “David contra Goliat”.
La cinta evoca el ambiente que se vivía a fines de los años ‘50 tanto en Monterrey como en los EE.UU., incluyendo aspectos dolorosos como el racismo en los estados del Sur de este país. Aunque con algunas alteraciones “hollywoodescas”, la narrativa se apega a la historia original en lo fundamental y destaca las virtudes necesarias para triunfar sin importar el tamaño de los obstáculos: solidaridad, persistencia, generosidad, optimismo, así como el apoyo paterno. De esta manera, “El Juego Perfecto” es una película que inspira y divierte. Muy recomendable para toda la familia.